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Jueves, 03 Marzo 2016 18:37

Pesadilla en el Contact Center

Resulta del todo incomprensible lo que venimos presenciando y aguantando de un tiempo a esta parte. Ya hemos dicho en varias ocasiones que la sumisión y la pleitesía de algunos en esta empresa hacia la misma es casi para buscarse un buen diván, preferiblemente con su psicólogo correspondiente, e intentar ver la fuente de tales costumbres. Ahora, si hablamos de sumisión y bajadas de pantalones, el más claro exponente de esto es cómo los cepillos se aprestan a quitar invisibles pelusas de los trajes de la gente de Orange, al más puro estilo de una viñeta de Ibáñez; si fuéramos más zafios ablaríamos de lenguas y de c... 

 

Y nosotros nos preguntamos: ¿os imagináis que vais a un restaurante y os metéis hasta la cocina para ir sacando fallos al personal? ¿Os imagináis que el chef, los pinches y el resto de los que por allí se mueven se quedarían quietos? ¿Creéis que el dueño del restaurante permanecería impasible aunque en ocasiones vuestro comportamiento fuera irrespetuoso y/o peor aún, indicase defectos que vosotros habéis pasado por alto? La respuesta es no, a menos que seáis Alberto Chicote y le vayáis a pagar una reforma que le permita vender el negocio, os echarían con cajas destempladas. 

 

Pues eso parece escapársele a quienes manejan este lugar, se olvidan de que ofrecen un servicio por el que el cliente paga, pero la manera de gestionar ese servicio es cosa de ellos, no del cliente. No les han puesto límites, “ninguno”, hacen lo que consideran oportuno y se permiten criticar o minusvalorar el trabajo que hacemos a diario en nuestras caras y,quien debe vender debidamente el servicio que ofrece, lejos de defendernos, nuestros jefes les ratifican.

 

El cliente puede decidir el punto de la carne, que no quiere tomate en la ensalada, pero no puede entrar hasta las cocinas y decir lo que buenamente le venga en gana... 

Comunicado CGT Qualytel Pesadilla en el Contact Center