El Ayuntamiento cuadra sus cuentas, enhorabuena. Los bancos prestamistas aplauden su rigor financiero, la prima de riesgo se relaja, la Troika respira aliviada, el ayuntamiento de Salamanca ocupa un lugar preferente en las páginas salmón de todos los diarios, algunos de ámbito nacional, una pena no haber redondeado la cifra de ahorro en los 6 millones, suprimiendo la restauración de la torre de fuego del parque de bomberos se habría conseguido, pero claro, hay fotos que por muy costosas que sean no se pueden anular, son tan institucionales que solo su cuestionamiento produce efectos devastadores en forma de expedientes disciplinarios masivos.
Pero hay otras cifras que no hace tanto cantaban y que ahora su eco desafina esta orquestada campaña de prosopopeya financiera consistorial, nos referimos a los 20 millones de euros que dejó de ingresar el Ayuntamiento por permitir que prescribieran expedientes abiertos a una veintena de promotores urbanísticos que no saldaron sus deudas de edificabilidad. Estas son cifras de un mayor calado, más contundentes y creíbles. ¿Para cuándo su recuperación?
Puestos a presumir mejor hacerlo de unos mejores servicios públicos que incluya una dotación suficiente de los CEAS, una potenciación de las ayudas a la dependencia, una recuperación para la ciudadanía de unos servicios que jamás deberían haber abandonado su ambiente natural, el servicio público gestionado y controlado por la ciudadanía y no por intereses privados: transporte urbano, agua, mantenimiento, etc.
Las medallas sobran, la propaganda cansa, el electoralismo cada vez engaña a menos gente, la realidad, sin embargo, es tozuda, se vive en el día a día y ahí el Alcalde no tiene muchos motivos para enorgullecerse, no hay cintas que cortar, ni grandes obras que inaugurar, tan solo necesidades vitales que hay que cubrir. Seguro que ocuparse de estos "pequeños detalles" relumbra menos, pero sienta mejor a la mayoría de la población.