TELEDOCENCIA: ¿Y EN SEPTIEMBRE QUÉ?
Tras la implantación de la educación a distancia en circunstancias de emergencia se ha evidenciado la necesidad de introducir cambios legislativos que avancen en una regulación que se ha demostrado insuficiente.
Por ello, ante la previsión de que el curso próximo sigamos recurriendo, en alguna medida, al sistema de teletrabajo, consideramos que:
- Deben legislarse normas claras que orienten la relación laboral del personal docente en términos concretos, que regulen la modalidad no presencial con horarios que marquen de una forma bien definida la separación entre el tiempo laboral y el de descanso. Así mismo, deben contemplarse medidas para la conciliación explícitas que compatibilicen el teletrabajo escolar de los y las docentes con la atención a los menores o familiares con los que a menudo conviven en el domicilio, para que conciliar no sea sinónimo de renunciar.
- Todos los gastos que conlleva esta modalidad de trabajo deben de ser asumidos por la Consejería de Educación. Al igual que en cualquier otro teletrabajo, la empresa es responsable de proporcionar al trabajador los medios y herramientas necesarias para su desempeño, ocuparse del mantenimiento de los mismos y/o compensarle de todos los gastos ocasionados por su actividad laboral, tal y como recoge el artículo 13 del Estatuto de los Trabajadores. Por lo tanto, para que se lleve esta nueva forma de trabajo con mayor eficacia se deberá proveer al trabajador de los equipos, conexiones de acceso, servicios de atención telemática y mantenimiento de los equipos… además de la formación necesaria que requiere esta nueva forma de entender en proceso enseñanza-aprendizaje.
- Debe optarse por recursos de software libre o bien, desde las administraciones fomentar la creación (junto con los docentes y profesionales de la educación) de espacios virtuales seguros y éticos.
Durante estos meses de docencia no presencial, se ha generado una alta dependencia de las plataformas informáticas desarrolladas por grandes corporaciones tecnológicas. Esas corporaciones que, año tras año, obtienen pingües beneficios en nuestro país, sin pagar el porcentaje de impuestos que deberían al declarar en paraísos fiscales, motivo más que suficiente para rescindir el contrato y buscar otras alternativas que sí cumplan con sus obligaciones tributarias. Además, habría que reflexionar sobre la cantidad de usuarios, en edades tempranas, que estamos generando gracias a nuestro adiestramiento.
- En tiempos en los que se habla permanentemente de salud, es necesario atender a un sistema preventivo de salud laboral, que emita pautas para el cuidado de la salud docente, con esta nueva realidad social y de trabajo. En este sentido, se hace necesaria la existencia de un coordinador de riesgos laborales y de personal sanitario en cada centro.
Para los trabajadores y trabajadoras es importante que todas las medidas que se adopten cuiden, por encima de todo, los derechos laborales y no surjan de la improvisación de aquellos que están ajenos a la docencia y a esta nueva forma de educación no presencial, que en ningún caso es equiparable a la educación a distancia que ya se venía implementando.
Las crisis, en las que por definición los recursos son escasos y la ciudadanía está preocupada por lo inmediato, pueden ser enormes bancos de prueba para la aplicación de futuros ajustes del trabajo, que el capitalismo salvaje está siempre dispuesto a implementar.
Nuestra apuesta por el contrario es, avanzar desde el marco de la solidaridad, la cooperación, el compromiso y el respeto a los trabajadores y trabajadoras. Huyendo de esta vorágine de educación reduccionista, valorada sólo en términos de producción, rentabilidad e inmediatez. Desde CGT apostamos por la esencia de la educación pública y los consensos laborales que fomenten la equidad, la inclusión y la justicia social, como bases para organizar el próximo curso. Confiamos en el esfuerzo colectivo.
